sábado, 13 de marzo de 2010

El Junquito, 1996 / Esdras Parra / Zoo

por Hensli Rahn, 1932

El Junquito, 1996

No era la primera vez que el vecino nos esperaba en su casa, pero sí la primera que nos proponía algo que él llamaba serio y que tocaba de alguna manera a su familia. Se llamaba Rafa, la hermana Rafaela, el papá Rafael y el puddle Rafi. La mamá era la única con otro nombre, Micaela. Todavía le roncaban su par de melones pero apestaba, tenía el hábito de fumar como una presidiaria. Igual era medio regalada y te hacía soñar. Su hija Rafaela estaba divina, aunque jamás supo que existiéramos. Aaron Samuel y yo tocamos el timbre, Rafa desatrancó la reja y nos hizo pasar. Olía a pesadilla, una hedionda pesadilla de portugueses que despiertan en otro continente. El puddle correteaba sin cesar en círculos, no paraba de babear ni de menear la cola. Rafa lo paralizó de un karatazo. Vengan, dijo, y atravesamos un pasillo reducido, a oscuras. Sonó una puerta y un clic de luz. Este, dijo, es el estudio de mi papá. Era una suerte de búnker, cero ventanas. Del techo brotaban los dos cables que sostenían al bombillito desnudo. Había un montón de guacales repletos de vinilos, dispuestos como los estantes de una discotienda de época. Aquí hay tres mil discos, celebró. Examiné un guacal por espacio de un minuto y advertí algunas joyas. La única pared libre la ocupaba un rectángulo de corcho, donde unas tachuelas sostenían cantidad de medallas. Qué son, dije. Mi papá es Mayor retirado. Y era locutor. Esta es una radio pirata, pero ya no trasmite. Arrumada, sobre un diminuto escritorio estaba la consola, un artefacto parecido a un micrófono y un picó, que Rafa puso a girar. Pusimos Let it be de los Beatles. Desde la penumbra alguien asomó la cara en el búnker y nos gritó algo que no entendí. Luego esa misma cara se cuajó de la risa. Por ósmosis nos carcajeamos también. Entre risas, Rafa balbuceó la palabra papi. El Mayor se internó en la cabina y levantó la carátula del disco que sonaba. Era más enano de lo que había imaginado. Después de Help!, meneó el cuello y la cabeza, no sé qué se fumaron. Tenía aliento a curda y la piel muy enrojecida. Se tambaleó un rato hasta que se fue, dejando la puerta entreabierta. El puddle se coló dentro, resucitado en su entusiasmo. Aaron le hizo carantoñas. A lo que vinimos, apuró Rafa. Acuñó una cifra. Quería la mitad de la plata ahora mismo. El resto en una semana, cuando mucho. No le importaba lo que fuéramos a hacer con los discos. Aaron quiso saber si el precio incluía algo más, algo como su hermana o su mamá. Como pudo nos zapateó fuera de la casa y corrieron un par de días en los que Rafa ni nos llamó para jugar basket.


Esdras Parra

Zaida es sobrina de la escritora Esdras Parra. Me contó que tenía un tío en Caracas. Tía, mejor dicho, se corrigió. Es curiosa, dijo, se convirtió en mujer pero precisamente porque le gustan las mujeres. Cuando estaba a punto de morir, la invitó a su casa para que tomara cuantos libros quisiera. Zaida dijo que entró a su apartamento y aún cuando era grande le pareció un zucucho por la cantidad abrumadora de libros. Su tía la recibió una tarde soleada y húmeda, pero por dentro la vivienda era más bien lúgubre y polvorienta. Madriguera, fue la palabra que usó Zaida. El sótano olvidado de la literatura, también dijo. Muchacha intensa, le dije y nos reímos destartalados. No se llevó ningún libro de su tía. Tenía algunas diligencias por la tarde. Prefería ir ligera, sin tanto peso.


Zoo

De cara a nuestros asientos, dos asientos adicionales. Sobre ellos una señora con un pequeño en sus muslos y otro niño más grande a su lado. Los tres jaloneándose, ¿quién era más grande, la foca o el león marino? La madre voceaba que el león marino. Uno de los niños estaba absolutamente seguro de lo contrario, y el otro defendía la grandeza de ambos animales. Pronto se cansaron del tema y la conversación derivó a la mandíbula de la hiena, los colmillos de la morsa, el radio abarcado por el hocico del hipopótamo. Volvieron a caldearse los ánimos, ¿quién de los dos animales tenía la mordida más poderosa?

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